‘Me he enfocado en mi satisfacción artística antes que en ser popular’: José Madero

José Madero no necesita demasiada presentación. Para algunos, sigue siendo “el de PXNDX”, para otros, es un escritor, cinéfilo y abogado que decidió alejarse del Derecho, o un artista que, sin escándalos ni estrategias de márketing, ha construido una de las carreras más sólidas y honestas del rock en español.
Pero, más allá de las etiquetas, lo que queda claro después de escucharlo es que es un hombre que ha hecho las paces con su vocación, aunque eso implique pagar el precio de la soledad.
Hoy se encuentra en plena gira con su más reciente disco y visitará Bogotá para presentarse en el Movistar Arena el 15 de mayo, seguido por un show en el Teatro Metropolitano de Medellín, en lo que será su primera vez en tierras paisas. En esta conversación, Madero habla de lo que le da sentido a su vida, su batalla con la ansiedad social, su desconexión con la fama y la popularidad, y la difícil búsqueda de equilibrio entre el arte y la vida personal.
¿Qué le da sentido hoy a su vida?
Ahorita no tengo familia, no tengo pareja, no tengo nada de eso. Entonces, mi carrera musical es lo único que me da sentido y me motiva. Estoy 100 % enfocado en mi último álbum, en su promoción, en las entrevistas, en la gira. Me emociona especialmente llegar a Sudamérica, y más a Colombia. Estaré en Bogotá, en el Movistar Arena, el 15 de mayo, y va a ser el concierto más grande que haya dado fuera de México. Y al día siguiente estaré en el Teatro Metropolitano de Medellín. Jamás había estado antes allí, ni siquiera de visita; será mi primera vez, así que la verdad es que todo eso me tiene muy motivado.
Dice que no tiene pareja ni familia. Me llama la atención porque, normalmente, ese tipo de reflexiones son más propias de las mujeres, ya que somos nosotras las que socialmente tenemos impuesto ese “ideal”. ¿Siente que también se espera algo de los hombres respecto a ese modelo de vida ideal?
Sí, aunque históricamente, no nos engañemos, a hombres y mujeres se nos ha medido con varas distintas. Yo soy consciente de eso, no hay un historial equitativo. Lo mencioné porque, si tuviera una familia, seguramente sería mi prioridad. Pero no la tengo, nunca he estado en esa posición. Entonces, lo que me queda y mi motivación es mi carrera y esa relación parasocial que tengo con los fans. No lo digo desde un lugar de tristeza; simplemente es la realidad. Vivo de mi música, no tengo otra cosa.
Vivo de mi música, no tengo otra cosa
Usted no es de los que se define como estrella pop, aunque lo es. Pero no es lo único: usted es abogado, escribe, ama el cine, tiene muchos intereses. ¿Eso le complica más las cosas?
Pues mira, gracias por tus palabras. Fíjate que hoy en día noto, y no hablo exclusivamente de Latinoamérica, sino en general, que muchos artistas nuevos o emergentes, y no quiero generalizar, tienden a buscar primero la fama antes que lo artístico. Es como si hoy ser famoso fuera indispensable para trascender, o al menos eso está muy presente en el consciente colectivo de los nuevos artistas. Yo vengo de otra generación, llevo más de 25 años de carrera, y quizás si hoy tuviera 20 años, te estaría mintiendo si dijera que no me importa ser famoso. Porque entiendo que para las nuevas generaciones, con todo el tema de las redes sociales, TikTok y todo eso, la prioridad muchas veces es alcanzar la viralidad antes que ofrecer un trabajo artístico que realmente conecte con las personas. En mi caso, siempre me he enfocado primero en mi propia satisfacción artística antes que en ser popular. De hecho, estoy un poco peleado con el concepto de popularidad y fama, no me siento del todo cómodo en ese terreno. Creo que mis fans lo pueden confirmar, porque además tengo un poco de ansiedad social. Estar en el ojo del huracán, bajo la mirada constante de los medios y del público, siempre me ha resultado difícil, incluso después de tantos años de carrera.
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Por eso prefiero concentrarme en otra parte del arte: en hacer bien mi trabajo, en involucrarme profundamente en lo que creo y en asegurarme de que lo que presento me represente auténticamente. Jamás voy a lanzar un trabajo con el que no esté plenamente convencido. Nunca me vas a ver subiéndome a un trend solo porque está de moda. Por ejemplo, ahora que los corridos mexicanos están en auge, no me verías de repente sacando una canción de ese estilo si nunca he estado en ese mundo. No porque no me gusten, sino porque simplemente no es algo que conozca de verdad, y se notaría enseguida que lo estaría haciendo por las razones equivocadas. Así que tomo como un cumplido que me digas que no cumplo los requisitos de una estrella pop.
Por eso prefiero concentrarme en otra parte del arte: en hacer bien mi trabajo, en involucrarme profundamente en lo que creo y en asegurarme de que lo que presento me represente auténticamente
¿Cómo maneja esa ansiedad social en un mundo tan complicado?
Aprendí a construir mi propio entorno. Nací y crecí en una sociedad muy conservadora, donde esta carrera no se veía bien. Muchos se quejan de ese entorno, pero yo no, porque aprendí a rodearme de gente afín. Cada quien hace su propia burbuja, su propio entorno. Lo mismo me pasa con el mundo del espectáculo: no me interesa qué está pasando en TikTok o si un influencer se hace famoso por bailar y después saca un disco; si le va bien, me parece perfecto. Yo no peleo con el éxito ajeno, hay público para todos. Mientras yo siga haciendo lo mío, no me genera ansiedad.
Pero se quedó con la música, siendo tan exigente con usted mismo y teniendo tantas otras opciones ¿Por qué?
Porque aprendí a amar el oficio. Al principio no hay éxito, solo esfuerzo. Pero después ves que podés vivir de tu pasión. Y eso es clave. Me pierdo muchas cosas por esta carrera: cumpleaños, bodas, relaciones, estabilidad. Pero me siento afortunado. Pocas personas pueden decir que viven bien de lo que aman hacer. Las quejas que pueda tener no tienen peso frente a eso.
Si pudiera tomar un café con alguien, ¿con quién sería?
Stephen King o Bruce Springsteen.
Estudió Derecho. ¿Qué le aportó eso a su carrera como artista?
Nada… salvo darme cuenta de cuánto amo lo que hago hoy. Lo estudié porque mi familia me lo pidió. Lo ejercí un poco, pero no me gustó. Tal vez me ayudó a debatir mejor, a ser más terco. Ejercitar el músculo del debate me ha servido mucho. El debatir, el ser terco a veces, el querer siempre ganar una discusión, de alguna manera ha fortalecido ciertas habilidades en mí. Pero, profesionalmente, en cuanto a mí como músico, la verdad es que no me aportó mucho.
No me interesa si un 'influencer' se hace famoso por bailar y después saca un disco. Yo no peleo con el éxito ajeno. Hay público para todos. Mientras yo siga haciendo lo mío, no me genera ansiedad
¿Qué le diría al José Madero de 15 años?
Le diría que cumplió su sueño: vive de la música. Pero también le diría que tengo muchas cuentas pendientes con él. En lo personal, hay cosas que no salieron como pensaba. Tengo muchas conversaciones sin cerrar con ese José adolescente.
Le pediría que profundice, pero no sé si es demasiado descarado pedirle eso…
Tiene que ver con lo que dije antes. Cada vez que vuelvo de gira, llego a un apartamento solo. Es una consecuencia de haber elegido este camino. A veces, incomoda. Pero es parte del trato.
Pero no sé si es solo por la carrera, capaz tiene que ver con su nivel de exigencia. Usted es muy exigente con usted mismo, con lo que escribe, con lo que lee… ¿eso también influye en sus relaciones?
Puede ser. Quizás es una combinación de todo. Pero no tengo una respuesta definitiva, (risas).
¿Qué está leyendo últimamente?
Empecé un libro de relaciones interpersonales, algo raro para mí, y uno de filosofía sobre Sócrates. También una novela de horror que se llama Senseless, de Ronald Malfi. Suelo leer solo en inglés. Es una mala costumbre que siempre digo que voy a cambiar y nunca lo hago.
¿Qué pueden esperar sus fans en Medellín y Bogotá?
Un concierto de rock. Nada de pirotecnia ni coreografías tipo Lady Gaga en Coachella. Nos enfocamos en que todo suene bien, que haya energía, entrega. Tocaremos muchas canciones nuevas que aún no han escuchado en Colombia. Será una noche larga, intensa y catártica.
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