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Art Basel Doha: cómo será la feria que consolida a Qatar como el gran polo en Oriente Medio

Art Basel Doha: cómo será la feria que consolida a Qatar como el gran polo en Oriente Medio

El diálogo con el director Vincenzo de Bellis comenzó casi con música de safarí por una ruta del desierto de Qatar; enseguida dejamos atrás su blancura cegadora y nos concentramos en el panorama del mercado del arte. Desde 2022, el curador italiano es Director de Ferias y Plataformas de Exposición de Art Basel, en Suiza, y hace unos días se encontraba en Doha, en los preliminares locales para la feria que tendrá su primera cita en febrero de 2026. Será la gran feria internacional de Medio Oriente; pero no solo. La diplomacia cultural del emirato se encuentra en su punto más potente; y todo se ha concentrado en unos pocos años. Señoras y señores, esto cambiará el juego, sobre todo por el interés de India.

La noticia de una cuarta feria Art Basel en Doha –sumándose a Basilea, Miami Beach, Hong Kong y París– se conoció a mediados de mayo y es parte de una cadena de proyectos e iniciativas (Visión Qatar 2030), cuyo propósito es consolidar a este pequeño y poderoso emirato del Golfo Pérsico como cabecera cultural de la región, ganándole la pulseada a Emiratos Árabes, que la lideró durante una década. A fines de abril se habían visto los primeros renders del pabellón nacional que Qatar tendrá en la Bienal de Venecia, en los Jardines, su sección más opulenta. Con una jaima circular temporaria, que cita la tradición nómada del país y es diseño de Yasmeen Lari, fue presentado hace pocas semanas en la Bienal de Arquitectura de Venecia el proyecto definitivo. El pabellón nacional será construído por la libanesa Lina Ghotmeh, una joven arquitecta en ascenso que viene de ganar el concurso para la renovación del Ala Oeste del British Museum y que firma el pabellón de Bahrein en la Expo Osaka este año. Es el primero que se levantará en Giardini en casi 40 años –el último fue el de Corea del Sur–. Así, Ghotmeh convivirá con los edificios de Alvar Aalto, Sverre Fehn y Carlo Scarpa.

De Bellis, quien reside en Basilea, supervisa a los directores de cada país y se encarga de armonizar la visión artística de los eventos. "Tendremos un enfoque similar a las otras ferias en Qatar –cuenta–. Formaremos un equipo con profesionales de Qatar". Le preguntamos cómo se articulará esta feria, la más grande del mundo, con el resto de las instituciones culturales de Qatar, todas ellas recientes.

Tributo a la tradición nómada de Qatar: espacio temporario en la Bienal de Arquitectura de Venecia, 2025. El futuro pabellón de la Bienal de arte veneciana, en la sección Giardini, será obra de la libanesa Lina Ghotmeh.Tributo a la tradición nómada de Qatar: espacio temporario en la Bienal de Arquitectura de Venecia, 2025. El futuro pabellón de la Bienal de arte veneciana, en la sección Giardini, será obra de la libanesa Lina Ghotmeh.

–Será muy relevante porque el quehacer cultural en Doha ya está en un nivel increíblemente alto. Y lo que ocurre es que Art Basel se convierte en una cámara de ecos para las activaciones culturales locales. Durante el tiempo de la Feria, apoya a todo el resto. Eso es cierto en cada ciudad en la que operamos porque crea un foco poderoso, llama la atención. Al mismo tiempo, nuestro objetivo es también apoyar el desarrollo del mercado del arte y el coleccionismo. No solo se trata de Doha en sí, sino que en verdad irradia a toda esta región del MENA (países de Medio Oriente y Norte de África), que tiene un gran arte, una gran historia. En la actualidad, en el universo del arte contemporáneo no es tan visible como se merece.

–¿Qué relación tendrá la Feria con las galerías locales y la comunidad de artistas?

–Ambos están conectados. No puedes crear un mercado si no obtienes visibilidad del arte y sus artistas. Así, lo primero es dar visibilidad al arte, arrojar luz sobre lo que está sucediendo. Eventualmente esto tiene un impacto en el mercado. Tú vienes de América del Sur y conoces el impacto de Art Basel Miami Beach; es un buen ejemplo de cómo la conexión entre América del Norte y América del Sur ha sido fundamental en la promoción del arte. La Feria apoyó el crecimiento de lo que ya era una gran historia del arte latinoamericano durante siglos; en términos de mercado, la presencia de Art Basel le dio aún más protagonismo. En Art Basel Hong Kong sucedió igual.

–Art Basel Hong Kong ha sufrido vaivenes: primero explotó a lo grande y luego bajó. No es tan estable como Miami Beach. Es un momento peleado... Según el informe anual de USB, las ventas de arte cayeron más del 10 por ciento en 2024.

–Hay una aclaración aquí. Depende de si estamos hablando de mercado, o de lo que la Feria moviliza en el ecosistema cultural, incluido el mercado. El mercado es impactado por varios otros factores, que por supuesto tienen que ver con la economía geopolítica, en la que no necesariamente influimos. En cuanto a la Feria, lo que provocamos en la comunidad de artistas asiáticos a través de Hong Kong sigue creciendo. Es vital la sinergia que la Feria arma con el sistema de los museos y otras entidades.

–¿Cuál es el principal público considerado en este Art Basel?

– Históricamente, cada feria que organizamos tiene un público principal, el de la región donde ocurre. Nuestro objetivo es claramente tener la mayoría de la audiencia proveniente de la región, pero la marca es global.

Museo infantil Dadu, 14 mil metros cuadrados de parques y juegos. Abrirá en 2026.Museo infantil Dadu, 14 mil metros cuadrados de parques y juegos. Abrirá en 2026.

–¿Dónde compraban antes los coleccionistas egipcios y de las monarquías del Golfo Pérsico?

–Algunos compran en las ferias locales pero detectamos un mercado potencial que aún no ha comenzado a coleccionar. En nuestras estrategias de desarrollo de mercado, ese es uno de los principales objetivos.

La jequesa Al Mayassa bint Hamad Al Thani, hermana del Emir Tamim, de Qatar, en la primera participación del país en la Bienal de Arquitectura, este año. La jequesa Al Mayassa bint Hamad Al Thani, hermana del Emir Tamim, de Qatar, en la primera participación del país en la Bienal de Arquitectura, este año.

–¿También consideran, por ejemplo, a coleccionistas de India? Es un mercado enorme y las otras sedes de Art Basel son muy distantes.

–Absolutamente. Y hay otras conexiones con eta parte del mundo. Hay una población de Asia Central y MENA interesada en tener experiencias en el Golfo. Pero para ser honesto, también muchas personas de Europa y América podrían no conocer mucho de lo que está sucediendo aquí. Y así queremos mostrarles esta escena.

La Sheika en el Museo Mathaf, en abril, cuando también fue inaugurada la muestra del Malba.La Sheika en el Museo Mathaf, en abril, cuando también fue inaugurada la muestra del Malba.

–¿Alguna idea de cuántos artistas regionales tendrán, versus artistas internacionales ya establecidos?

–Es temprano todavía para ese cálculo pero queremos arrojar luz sobre artistas de la región y más allá. Numerosos artistas han sido influenciados por la región, incluso quienes no viven aquí. No significa que vaya a estar exclusivamente vinculado al arte local. Debemos encontrar un equilibrio y un diálogo entre lo que ofrece la región específica, pero también lo que se produce en el mundo.

–¿Alguna estimación sobre cuál será la proporción entre artistas emergentes y establecidos?

–No todos serán artistas de renombre. Y definitivamente, hay un fuerte interés en un enfoque de base con artistas de la región. Es interesante establecer esta comparación con Art Basel Miami Beach. Si ves la cantidad de galerías emergentes o artistas emergentes de Sudamérica o México que han pasado por Basel Miami como su primer momento de visibilidad, se comprueba masivo. Nuestro mayor éxito sería dar estas posibilidades a estos artistas para brillar en Doha y luego consolidar una presencia en el resto del mundo.

Render del futuro museo Art Mills, en Doha. Lo construye el arquitecto chileno Alejandro Aravena.Render del futuro museo Art Mills, en Doha. Lo construye el arquitecto chileno Alejandro Aravena.

–La movida de Doha es múltiple y en diversos escenarios en simultáneo. ¿Cómo se conecta Art Basel con el pabellón que Qatar tendrá en la Biennale?

–No está estrictamente relacionado, pero es otro ejemplo de cuán visionaria y ambiciosa es la institución Museos de Qatar. Y confirma el liderazgo de la Sheika Al Mayassa Al Thani, quien está detrás de todas estas iniciativas. Varios museos se abrirán en los próximos años, hasta un museo de automóviles. Los de arte son el Museo Lusail, que estará en la punta sur de la isla y tendrá una colección de arte oriental, y el Museo Art Mills. El primero será construido por el estudio suizo Herzog & de Meuron; el segundo, por el arquitecto chileno Alejandro Aravena. Estos museos se escalonarán hasta 2030. Qatar ya tienen el Museo Nacional, construido por Jean Nouvel, el Museo de Arte Islámico, de I. M. Pei, y tienen el Museo Mathaf, que será ampliado por Lina Ghotmeh. Esta arquitecta libanesa, formada en Beirut y autora del Museo Nacional de Estonia, hará también el pabellón qatarí en Venecia. Todo ello en sintonía muestra una visión fantástica, no tengo otras palabras para decirlo, muy inspiradora para nosotros. Y la forma en que están construyéndolo, con la idea de reclamar un espacio para su propia cultura. Para mí ha sido increíblemente convincente; será un gran matrimonio entre Qatar y Art Basel.

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–La esfera islámica tiene sus coordenadas propias en cuanto a las imágenes; el tema de la representación es explícito en el Corán. ¿Habrá límites en cuanto a estética o contenido?

–Nuestra regla para cada feria es que Art Basel obedece las leyes del país. Entonces, todo lo que legalmente sea visible no tendrá límites. Todo lo que pudiera ir contra las leyes del lugar, no estará. Estas son las reglas probadas en cada feria y mantendremos las mismas regulaciones.

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–La mayor parte del arte producido hoy en el mundo occidental puede ser percibido en Medio Oriente como grotesco o como incitación a la acción política. No es una cuestión de juicio. El desnudo, la homosexualidad y las estéticas queer y trans, la inmigración, la denuncia ecológica... uestiones de censura sino al público y su perspectiva.

–Personalmente, creo que necesitamos considerar, para cada feria, lo que es culturalmente adecuado en los países en los que operamos. Y eso es cierto también para Estados Unidos y Hong Kong. Siempre ha funcionado bien.

Clarin

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