Seis datos clave sobre arteba, la feria de arte contemporáneo más convocante del país

arteba, la feria de arte contemporáneo más concurrida de la Argentina, vuelve a escena en 2025 con una nueva edición que confirma su peso en el calendario cultural, pero también deja en evidencia las tensiones del contexto. Aunque logró sumar apoyos institucionales y sostener su alcance internacional, la organización enfrentó resistencias internas, ausencias notorias y un escenario económico desafiante que impacta de lleno en el mercado del arte.
Con 70 galerías confirmadas y un programa que busca fortalecer el coleccionismo local, arteba se realizará del 29 al 31 de agosto en Costa Salguero. A continuación, un repaso por los principales aspectos de esta edición en seis preguntas y respuestas.
Anuncio Arteba 2025 en Arthaus. Foto: gentileza.
La edición 2025 de arteba, la feria de arte contemporáneo más relevante del país, se prepara para abrir sus puertas en Costa Salguero. A pesar del entusiasmo que suele rodear este evento, la previa fue agitada: discusiones internas, tensiones económicas, y la ausencia de varias galerías históricas marcaron el clima previo a una edición que busca sostener su lugar en el calendario artístico local e internacional, incluso en un contexto de fuerte crisis nacional.
La edición 2025 tendrá lugar en Costa Salguero del 29 al 31 de agosto, con horarios de 12 a 20. El pre–opening exclusivo para prensa y figuras del sector será los días 27 y 28 de agosto. Participarán alrededor de 70 galerías, con una presencia internacional que ronda el 20%.
Personas reaccionan dentro de una instalación exhibida durante la 33 edición de arteba el 29 de agosto de 2024. (Xinhua/Martín Zabala)
Porque arteba funciona como una vidriera clave para el ecosistema artístico argentino. Participar (o no) tiene consecuencias concretas: visibilidad para los artistas, ventas para las galerías, y legitimidad para proyectos nuevos. Además, en un año donde el mercado del arte —al igual que otros sectores— se muestra retraído, lograr sostener la Feria con 70 galerías (15 internacionales) es, en sí mismo, un gesto de supervivencia cultural. Esta edición también destaca por su esfuerzo en fomentar el coleccionismo joven y por sumar apoyos institucionales a pesar del clima económico adverso.
Los costos de exhibir en arteba son significativos. Un stand de 60 metros cuadrados, incluyendo montaje, supera los 40 mil dólares. En un país donde el acceso a divisas está limitado y la economía muestra señales de agotamiento, muchas galerías optaron por reducir su espacio un 40% respecto al año pasado. Sin embargo, en la selección de obras, los galeristas apuestan fuerte: llevan piezas destacadas de sus artistas con la intención de atraer a un público comprador escaso pero exigente.
El trasfondo es complejo. Las dificultades económicas no solo afectan a los organizadores y galeristas, sino también al público comprador. Algunos coleccionistas optan por invertir en el exterior debido a la falta de confianza en la economía local. Otros, directamente, no quieren gastar dólares. Aun así, arteba apuesta por una oferta más accesible: el comité de selección priorizó artistas de mediana carrera, con obras que grandes museos podrían incorporar, pero también con precios atractivos para nuevos compradores.
arteba 2024. Archivo Clarín.
El principal reto es mantener viva una escena artística que, como muchas otras en el mundo, atraviesa un momento de incertidumbre. La formación de nuevos coleccionistas, el apoyo sostenido de sponsors, y la construcción de comunidad aparecen como ejes centrales para pensar la continuidad de la Feria. Como señaló Andrés Buhar, es necesario "crear comunidad" y animar a la gente a compartir y apostar por el arte local. En tiempos en que las instituciones culturales navegan un "campo minado", como dijo la propia Andreani, cada edición que logra concretarse es, en sí misma, una victoria.
Clarin