Una nueva hipótesis pretende resolver un enigma «oculto a plena vista» del 'Hombre de Vitruvio' de Leonardo da Vinci
Además de la célebre Mona Lisa, una de las obras más icónicas del polifacético Leonardo da Vinci es el Hombre de Vitruvio. Este dibujo, creado alrededor de 1490, muestra una figura masculina desnuda con brazos y piernas extendidos en dos posiciones superpuestas, inscrita en un círculo y un cuadrado. Aunque su simbolismo como representación de las proporciones ideales del cuerpo humano ha sido ampliamente documentado, aún perdura un misterio que ha alimentado numerosas hipótesis: ¿cómo logró Leonardo ajustar con precisión la figura humana a ambas formas geométricas?
En un reciente estudio publicado en la revista 'Journal of Mathematics and the Arts', el dentista británico, Rory Mac Sweeney, tiene otra hipótesis que pretende resolver este enigma «oculto a plena vista». Según él, Leonardo empleó un sistema geométrico avanzado cuya clave principal ha pasado desapercibida durante más de cinco siglos. Su hipótesis de ser correcta, demostraría —una vez más— que el genio renacentista se adelantó a su tiempo, aplicando conceptos que la ciencia solo formalizaría siglos después.
«El Hombre de Vitruvio es un testimonio de la visión de Leonardo de que las proporciones humanas reflejan principios matemáticos más profundos que rigen la organización espacial eficiente», afirma Sweeney en su análisis.
La inspiración original del dibujo proviene de los escritos del arquitecto romano Marco Vitruvio, quien sostenía que el cuerpo humano tiene proporciones armoniosas, como las de un templo bien diseñado. Propuso que una figura humana podía encajar perfectamente en un círculo y un cuadrado, aunque no ofreció un marco matemático preciso para esa relación. Leonardo sí logró esa integración, pero como destaca, el medio especializado phys.org, nunca explicó con claridad cómo lo hizo.
El análisis de Sweeney centra su atención en el triángulo equilátero dibujado entre las piernas abiertas de la figura. Según él, este triángulo no es casual, sino clave para descifrar el sistema geométrico oculto en el dibujo.
Sweeney relaciona este triángulo con una figura anatómica conocida como el triángulo de Bonwill, descrito en 1864. Se trata de un triángulo equilátero imaginario en la anatomía dental que conecta los dos puntos donde la mandíbula inferior se articula con el cráneo y el punto medio entre los incisivos centrales inferiores. Este patrón regula el funcionamiento óptimo de la mandíbula.
Según Sweeney, Leonardo habría utilizado este triángulo para relacionar la posición estática del cuerpo con su capacidad dinámica. En su interpretación: «El cuadrado encierra una postura estática y cruciforme —brazos horizontales y piernas juntas—, mientras que el círculo envuelve una posición dinámica, con brazos elevados y piernas separadas, formando el triángulo equilátero».
Para este británico, la construcción de Leonardo demuestra los mismos principios tetraédricos presentes en la arquitectura craneofacial. «El triángulo equilátero (verde), al que Leonardo hizo referencia explícita entre las piernas de la figura, al replicarse seis veces alrededor del ombligo, crea el patrón hexagonal (amarillo) que genera la razón medida de aproximadamente 1,64 entre el lado del cuadrado y el radio del círculo». Este valor se acerca a la proporción tetraédrica 1,633, una constante matemática que aparece en estructuras naturales naturales eficientes. «Esta relación geométrica podría representar el reconocimiento intuitivo de Leonardo», explica Sweeney.
Sweeney señala que durante décadas, muchos investigadores asumieron que Leonardo había empleado la célebre proporción áurea (φ ≈ 1,618) en su dibujo, en parte debido a su colaboración con el matemático Luca Pacioli en 'La Divina Proporción'. «Sin embargo, estudios más recientes —como los del matemático Fernando Murtinho— demuestran que aplicar esa proporción genera un error superior al 2 % respecto a las medidas reales del dibujo», afirma.
El británico apunta que el valor usado por Leonardo es más cercano a la constante tetraédrica. De hecho, sostiene que en los estudios circulares del Códice Atlántico, Leonardo ya exploraba patrones hexagonales que dan lugar a teselaciones triangulares, un antecedente claro de esta lógica de organización espacial.

«La coincidencia entre las proporciones calculadas por Leonardo y constantes geométricas naturales sugiere que la anatomía humana ha evolucionado conforme a principios universales de organización espacial, presentes desde los átomos hasta la morfología humana». El análisis del británico indica que el 'Hombre de Vitruvio' no solo representa un ideal estético, sino que también anticipa la comprensión moderna de la arquitectura biológica óptima.
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