Guayana Francesa: «Ya no estamos dispuestos a esperar el regreso de los cuerpos de nuestros antepasados después de 133 años de sufrimiento».

Hace más de ciento treinta años, en el marco de exposiciones etnográficas y coloniales en París, especialmente en el Jardín Zoológico de Aclimatación del Bois de Boulogne, o en las grandes exposiciones universales (1878, 1889, 1900...) o coloniales (1894, 1896, 1906, 1907...), se exhibieron poblaciones de todo el imperio francés. El objetivo era entretener a los visitantes, legitimar la colonización y poner "ejemplares" (vivos o muertos) a disposición de los científicos... Algunos morirían en estos zoológicos humanos.
Sus cuerpos fueron estudiados por antropólogos, médicos y craneólogos antes de concluir su fatídico viaje en los depósitos de un museo. Desde entonces, sus descendientes de todo el mundo han buscado encontrar y repatriar los cuerpos y restos de estos antepasados. Nada es más natural que querer honrar a los muertos, recordarlos y rendir un último homenaje a sus antepasados. Algunos provienen de los territorios franceses de ultramar, en particular de la Guayana Francesa.
Mientras que el pasado colonial vuelve a despertar en todos los continentes, en particular en África, con numerosas solicitudes de restitución de bienes culturales y varias repatriaciones de "restos humanos" han tenido lugar (o están en curso) en el marco de investigaciones voluntarias por parte de la administración francesa y de museos (incluido el Museo del Hombre), el debate jurídico y parlamentario sobre la devolución de estos "restos" parece bloqueado en los territorios de ultramar.
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Le Monde