'El regreso de Ulises' (★★★✩✩), 'Blue Sun Palace', 'Niki' y otros estrenos de la semana

Estos son los estrenos que llegan a la pantalla grande este viernes 22 de agosto:
Calificaciones★★★★★ obra maestra★★★★ muy buena★★★ buena★★ regular
El regreso de Ulises ★★★✩✩Dirección: Uberto PasoliniIntérpretes: Ralph Fiennes, Juliette Binoche, Charlie PlummerProducción: EE. UU., 2024 (116 minutos) Drama La tarea del héroePor Salvador Llopart
Ulises está cansado. El regreso de Ulises, de Uberto Pasolini, se olvida de brujas, monstruos y encantamientos para fijarse en un aspecto de La Odisea que a veces pasa desapercibido: la naturaleza melancólica del héroe, roto por dentro. Tras veinte años de sinsabores y disgustos, también de alegrías junto a la ninfa Calipso, el guerrero de Troya, en manos de la sabiduría interpretativa de Ralph Fiennes, deviene un soldado agotado. Diríamos ahora que con síndrome de estrés postraumático.
Vaciada de dioses y portentos, centrada en el final de los cantos homéricos, esta versión de Pasolini, sin nada que ver con Pier Paolo, resulta, sin embargo, muy pasoliniana en cuanto al tratamiento del mito. Está por ver cómo afrontará el personaje la versión de La Odisea -próximo 2026- de Chritopher Nolan. Frente a la previsible espectacularidad épica de la inminente versión, El regreso de Ulises apuesta por la intimidad lírica. Con un Ulises (Finnes) arrastrado por la marea a las costas de Ítaca, donde su hijo, Telémaco, se ve perseguido por los pretendientes al trono, y su mujer, Penélope (Juliette Binoche) teje y desteje su destino en forma de un sudario que nunca acaba.

Ralph Fiennes y Juliette Binoche en un momento de 'El regreso de Ulises'
Filmaffinity¿Un Ulises poético? Sin duda, aunque Pasolini no se decide a llevar la apuesta hasta sus últimas consecuencias y deja, en su indefinición, un regusto a espera: la espera de que el héroe ultrajado enarbole en sus manos el famoso arco. Desaprovecha, además, el reencuentro de Binoche y Finnes, pendiente desde El paciente inglés (1998), ya que la pareja apenas comparte pantalla.
¿Qué ha pasado por las almas de Ulises y Penélope en estos veinte años de separación? Si no ando errado, en el canto V de la Odisea tienen Calipso y el héroe homérico una conversación en la que éste renuncia a su amor divino -a la eternidad- por un destino humano. Es la decisión del héroe, su tarea. La apuesta íntima por la imperfecta, humilde y efímera Penélope. De eso va precisamente esta Odisea de Pasolini y es este, también, su gran acierto. Un acierto que se diluye en el momento en que el director se deja arrastrar por los cantos de sirena de una acción que no llega. Penélope se merecería, y nosotros también, saber algo más al respecto.
Blue Sun Palace ★★★★✩Dirección: Constance TsangIntérpretes: Wu Ke-Xi, Lee Kang-shengProducción: EE.UU., 2024 (117 minutos) Drama Un masaje en la sienPor Philipp Engel
Como en todas las artes, la técnica ha marcado la evolución del cine. Así, la era digital, que posibilitó la prolongación de los planos y por tanto una ralentización de la acción, más cercana al ritmo de lo real, consolidó el denominado “slow cinema” –como slow food, slow café o slow lo que sea–. Aunque, contradiciendo lo anterior, Blue Sun Palace, que ha contado con la participación de la catalana Marta Cruañas (Creatura) en la producción, se ha rodado en celuloide de 35mm, con preciosos colores Kodak de tonalidades oscuras, está claro que la puesta de largo de Constance Tsang, con su carácter contemplativo y sus planos secuencia para quedarse a vivir, forma parte de este movimiento lento, más cuando uno de sus dos antihéroes no es otro que el icónico Lee Kang-sheng, “muso” de Tsai Ming-liang en clásicos fundacionales como Goodbye Dragon Inn (2003).

Un momento de la película 'Blue Sun Palace'
FilmaffinityFilmada en Queens (Nueva York) como si fuera Taipei, no sólo porque se focaliza en la comunidad oriental, pasando por todos los tropos que incluyen comida, bebida y karaoke, sino por la manera, que recuerda a la delicadeza de un Hou Hsiao-hsien (con esas cortinas vaporosas y esos planos milimetrados de formas barrocas), Blue Sun Palace se convierte, a partir del minuto 34 –cuando por fin aparecen los títulos de crédito (como suele ocurrir en el cine lento)–, en una insólita, y desolada, película de duelo, que acerca a una introvertida masajista china y a un migrante taiwanés, que ha huido de familia y acreedores, para no volver atrás, y eso que la injerencia en la trama del contexto estadounidense es tan escasa como violenta y hostil: el cartel de “no se prestan servicios sexuales” colgado en la puerta del salón de masajes que da título al filme no dejaba presagiar nada bueno. Firmemente recomendada para los amantes del cine sin prisas, al que aporta una renovadora mirada femenina, también se desaconseja a nostálgicos cascarrabias atascados en los 90.
Niki ★★★✩✩Dirección: Céline SalletteIntérpretes: Charlotte Le Bon, John Robinson, Damien BonnardProducción: Francia-Bélgica, 2024 (98 minutos) Biográfica Retrato de artistaPor Jordi Batlle Caminal
Esta película explora la vida de Niki de Saint-Phalle, pintora, escultora y escritora, además de cineasta ocasional, centrando la mirada en los años cincuenta del siglo pasado y su agitada existencia en París, en Niza, en diversas localidades rurales francesas y una estancia en Mallorca, concretamente en Deià. Niki (carismática, fotogénica e intensa Charlotte Le Bon) es un personaje explosivo, de carácter a la vez frágil y volcánico, con desajustes psicológicos constantes derivados de un trauma infantil. Céline Sallette demuestra cierta voluntad de estilo en un trabajo fluido, refractario al realismo (es notable el tratamiento cromático de las imágenes) y con puntuales efectos poéticos. El inconveniente es que vemos a Niki pintar mucho, pero no vemos lo que pinta, al parecer por problemas de derechos legales.

La actriz canadiense Charlotte Le Bon protagonista de 'Niki'
FilmaffinityPor J. Batlle
Las películas de viajes en el tiempo acostumbran a ser simpáticas, aunque hay excepciones, como la francesa Los visitantes no nacieron ayer o, ahora, la española Sin cobertura, que es una comedia familiar, etiqueta que a menudo se emplea para intentar salvar subproductos insalvables. En este enredo, una familia prototípica (padre, madre, un hijo y dos hijas) viaja a la edad media a consecuencia del deseo de la hija pequeña de que desaparezcan de su vida móviles y ordenadores, deseo que una vieja hechicera hace realidad. El problema de Sin cobertura es que es tan infantil y elemental (en situaciones, gags, diálogos y personajes caricaturescos, el más descabellado el inquisidor Pepe Viyuela) que, por comparación, Valentina, Locomotoro y el capitán Tan parecen profesores de universidad especializados en Kierkegaard.

Alexandra Jiménez y Ernesto Sevilla en una escena de 'Sin cobertura'
Atresmedia CinePor S. Llopart
La familia, ay, es lo primero. Incluso para unos asesinos acartonados como son los protagonistas de Shadow Force, el habitualmente simpático Omar Sy y Kerry Washington, supuestamente tan carismáticos. Son tan buenos en lo suyo –matar– que los persiguen sus propios compañeros cuando dicen que lo dejan todo. Una recompensa millonaria incentiva la caza. Allí donde triunfaron Mr. & Mrs. Smith (2005) o la reciente Confidencial –es decir, en elevar a categoría de metáfora la convivencia familiar violenta– fracasan estrepitosamente estos dos, arrastrados por una aventura ditirámbica que acaba como una vuelta de 360 grados al tópico de la pareja para llegar a lo mismo. Pero peor y forzado.
La coleccionista ★★✩✩✩Dirección: Manuel SanabriaIntérpretes: Canco Rodríguez, Paco Tous, Assumpta SernaProducción: España, 2025 (96 minutos) Terror Demasiados cocineros
Un momento de la película española 'La coleccionista'
Yelmo FilmsPor S. Llopart
El terror pide un poco de coherencia, y en La coleccionista la coherencia brilla por su ausencia. En un pintoresco pueblo, verde y luminoso, una inquietante mujer se dedica a regalar objetos a los forasteros. Ni se imaginan los visitantes el poder de esos objetos para desencadenar inquietantes y dramáticos sucesos paranormales. Lo que arranca como una propuesta de brujería pasa a ser de objetos malditos, con personajes estrafalarios de por medio, y luego, en otro salto mortal inesperado, lo mejor del filme, un laberinto de culpa y expiación. Demasiados cocineros para tan poco caldero, diría. Me marea a pesar del pulso firme en la dirección de Manuel Sanabria y unos intérpretes competentes, por momentos extraordinarios.
lavanguardia