Cuando romper con los padres no es un tabú sino una liberación (y este libro italiano es brutal)
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Decir adiós, bajar la escalera de la casa familiar y no ver a tu madre nunca más. Ni a tu padre. La ruptura más dolorosa, la que, sobre todo en sociedades mediterráneas arropadas por siglos de religión católica, se sigue considerando un tabú, aunque haya sido una relación tóxica, violenta, horrible. De eso ha escrito el italiano Andrea Bajani (Roma, 1975) en
No es una historia autobiográfica, se apresura a decir Bajani, que pasó este jueves por Madrid para presentarla y donde pudimos charlar con él en un hotel, pero sabe que ha tocado las emociones de muchas personas. También dice que la han llevado mucho mejor las lectoras que los lectores. “Ellas entendían el acto de liberación, ellos menos”, afirma. Sí, por aquello del tabú, razona. Aunque sea un padre que hace la vida imposible a todos los demás.
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Cuenta el escritor, que en España ya tiene varios libros publicados -por ejemplo, el interesantísimo
El otro muro era el tabú y la culpa que supone cortar con la familia. Por eso cree que apenas hay historias sobre rupturas con los padres. “Aceptamos que interrumpir cualquier vínculo que sea violento, disfuncional, que no nos gusta, es algo a lo que tenemos derecho y además el Estado nos protege. Nos podemos divorciar, podemos romper un contrato de trabajo, podemos romper con un amigo…, pero cuando interviene la sangre, que es algo sagrado, entra la culpa”, sostiene.
Y relata la historia de unas vacaciones en un pequeño pueblo italiano al que llegó con su familia hace ya años. En el piso de al lado un hombre empezó a dar gritos a una mujer e iban a llamar a la policía cuando otros vecinos les dijeron que no hicieran nada hasta que no vieran un reguero de sangre corriendo por la escalera, que aquello era normal. “Esa es la idea de familia que hemos tenido durante mucho tiempo en Italia”, manifiesta. Y entiende ahí el peso en muchas ocasiones de la religión católica.
Bajani: "Los hombres que lo han leído defendían más las formas tradicionales. Las mujeres sí la han leído más como una liberación"
De hecho, El aniversario ha sido vendido a más de 30 países y se ha encontrado con reacciones muy distintas si los editores eran del norte de Europa o del sur. “Los mediterráneos se quedaban en shock y lo que les interesaba era la ruptura del tabú. En cambio, los del norte no se quedaban tan impactados y les interesaba más la historia en sí, lo que iba sucediendo”, comenta. También ha hallado diferencias si la leían hombres o mujeres. “Normalmente, los comentarios de ellos eran más a la defensiva, diciendo que bueno, a la madre no tenía por qué abandonarla y que una familia no se puede romper así. Los hombres defendían más las formas tradicionales. Las mujeres sí la han leído más como una liberación. Y eso es lo que yo he intentado, que se viera así, como el derecho, no a abandonar, sino a sustraerte de algo que te hace año”, manifiesta.
Uno de los hallazgos precisamente de la novela es que no cae en el dramatismo. Ni en lo obvio: los golpes, las discusiones. Ni en los portazos. No hay gritos en esta historia. Hay malestar, algo que no funciona, desamor. Y todo está contado a través de la invisibilidad de la madre en esa familia. Ella es el centro de la historia y a la vez es esa persona que en todas las historias de violencia siempre quedan fuera de foco. “El tono y la forma fue algo instintivo. Para mí las palabras son un desafío y lo que hago es seguirlas”, señala para confesar que, desde luego, esta novela ha sido todo un reto. No salió sola: aunque la escritura final duró veinte días el proyecto le ocupó tres años y 22 revisiones.
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La presencia/ausencia de la madre está fantásticamente medida. Es a través de ella como el hijo va canalizando todo su dolor. “Me di cuenta que tenía que sacar al padre de la historia porque culturalmente es el que siempre está ahí. Ellos siempre son los portavoces. A las madres nunca se las ve. Están dentro de la casa, son invisibles para la sociedad, son los personajes secundarios. Así que sí, esto fue una elección política. Además, al escribir la historia el hijo se va percatando de la invisibilidad que tenía la madre en esa familia y de que no sabe nada de ella. Por eso lo que hace es rechazar el patriarcado y poner a la madre en el centro”. Una madre de la que desde fuera sorprende su sumisión. Desde dentro, nunca es fácil.
La violencia en ItaliaEl éxito de El aniversario casi ha coincidido con otro triunfo brutal en Italia con una temática que se toca con los dedos: la película Siempre nos quedará mañana, de Paola Cortellesi, que tuvo cinco millones de espectadores en Italia en 2023 (aquí superó los 175.000, lo que no está nada mal). Una barbaridad. Una de cada diez personas fueron a verla en Italia. Y verdaderamente, es una de las películas que con más ingenio han reflejado el dolor de la violencia doméstica. Precisamente, en un país que también tiene problemas reales con este tipo de violencia.
“Creo que hay un terreno fértil, como ocurrió con la película de Paola Cortellesi, de escuchar estas historias y sentirse liberados o liberadas. Recuerdo una presentación del libro cerca de Roma en la que se me acercó una señora, tenía unos 75 años, y me dijo que solo quería darme las gracias “porque nosotras, las mujeres de mi generación, no sabíamos que podía ser diferente”. Se me puso la piel de gallina porque es algo muy potente. Creo que hay ganas de contar que las cosas pueden ser diferentes. Pero luego hay otra parte de la sociedad que, en este momento de gran crisis mundial, de gran miedo, de gran inseguridad social, de violencia difundida a nivel geopolítico, social y en las familias, se está comportando de una forma reactiva y quiere volver a ese ideal del hombre como jefe de familia. Así que también hay una polarización política en este tema: está la gente que quiere volver a la familia más tradicional y la que la pone en discusión. Pero me siento optimista y creo que hay algo que se está moviendo más allá del elemento ideológico y que tiene como motor el respeto humano”.
"Me siento optimista y creo que hay algo que se está moviendo más allá del elemento ideológico y que tiene como motor el respeto humano"
¿Y Giorgia Meloni [presidenta de Italia, del partido de ultraderecha Hermanos de Italia] se lo ha leído?, le pregunto justo antes de terminar.
Se ríe: “¡No lo sé! Pero si lo leyese no tendría nada en contra. Ella, desde un punto de vista no representa una idea de la familia tradicional. Cuando pienso en ella no pienso en una familia patriarcal”. Las contradicciones de nuestra era. En definitiva: El aniversario es un libro estremecedor y fabuloso.
El Confidencial