Del reinado de Little Mix al imperio propio: Jade lanza su primer álbum como solista y se entrega al exceso del pop

Es 2025 y acumulamos estrellas del pop como cromos. Y qué colección. Sabrina Carpenter pavonea su look setentero y temas atrevidos que cruzan la línea de la indecencia, Chappell Roan ostenta su sonido experimental bajo su estética drag y Charli XCX tiñe el ambiente con hiperpop y club music. La última adición a este surtido de pop brillante es Jade, un tercio de Little Mix, la girlband británica que en 2011 despegó en Factor X y conquistó de inmediato a millones de fans. Cuatro años después de que el grupo anunciara un hiato, Jade Thirlwall se aventura en la escena musical por su cuenta con su primer álbum como solista: That's showbiz, baby! (¡Así es el espectáculo, baby!).
Para ella, el espectáculo es una amalgama de brillo, diversión, exceso y teatralidad. En 14 temas, la británica hilvana un sonido con una textura lustrosa, "muy comercial". Porque sí, estamos en la era del pop, y Thirlwall la toma de lleno con su filosofía: "más es más". Su primer lanzamiento "es dramático, tiene un elemento teatral y, sobre todo, es increíblemente pegadizo", explica la vocalista desde Londres mediante videollamada.
La estrella del pop de manual se regocija en el exceso, y ella no es excepción: "He llegado peleona con mi primer proyecto...es descarado, pero me encanta", cuenta sobre la demasía que rebosa de cada tema del disco. Jade adora el glamour, pero la línea entre placer y desgaste es muy fina. Jade lo sabe y su primer sencillo, Angel of My Dreams, expone la relación de amor-odio con la industria que la vio nacer como estrella. "La clave es tomarla y entender sus reglas", afirma. Tras una década de éxito, Thirlwall cómo funciona el juego.
Entenderlo, dice, es "el primer paso para disfrutarlo sin dejar que te consuma". Eso sí, lo admite sin rodeos: es una adicta al showbiz. "Mi forma de lidiar con ello es ser honesta. Me río de mi trauma de una forma oscura pero inteligente. Angel of My Dreams es innatamente trágica. En ella cuento que siempre me va a apasionar formar parte de esto aunque a veces me destruya mentalmente".
Camelarse a grandes escenarios como solista es una hazaña completamente distinta a la de actuar en grupo. El cambio, al principio, "fue terrorífico", confiesa. Recuerda su debut en Radio 1's Big Weekend: "Estaba nerviosísima, pero en cuanto me subí al escenario me di cuenta de que podía hacerlo sola". Este primer bocado de furor le bastó para llevar sus desmedidos shows a casi una decena de festivales a lo largo del verano. Desde Glastonbury en Somerset a Pukkelpop en la ciudad belga de Hasselt, la artista arrastra el showbiz allá donde pisa. Reinventarse tras 11 años compartiendo escenario con sus compañeras ha sido un reto.
Thirlwall supo de qué iba la fama con tan solo 18 años, cuando Little Mix arrasó en la versión británica del concurso Factor X. Hoy, a sus 32 años, a la integrante le cuesta existir sin sus compañeras Perrie Edwards, Leigh-Anne y Jesy Nelson (que abandonó el grupo en 2020). "Toda mi vida adulta la viví con ellas, Se sintió como una ruptura, aunque seguimos siendo amigas". Little Mix recorrieron el camino del éxito hasta convertirse en una de las girlbands más influyentes del pop británico.
Más de 60 premios -entre ellos tres Brit y un Billboard Women in Music Award-, millones de discos vendidos, giras mundiales e himnos generacionales como Shout Out to My Ex o Sweet Melody consolidaron su fama e influencia en la escena pop. Pero la pausa era inevitable. Según la intérprete, la decisión vino acompañada de la certeza de que "el grupo llegó a la cima de todo lo que podían hacer juntas". Jade habla sobre "sus chicas" con la convicción de que su separación es temporal: "Volveremos cuando sea el momento indicado. Little Mix es una manta de seguridad que sabemos que estará ahí".
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