El filósofo Byung-Chul Han, premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2025

Byung-Chul Han, el pensador alemán de origen surcoreano, ha sido galardonado con el premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades. El jurado ha tenido que elegir entre 47 candidaturas de 16 nacionalidades, ha destacado en su argumentación la “brillantez” del filósofo a la hora de “interpretar los retos de la sociedad tecnológica” y su capacidad extraordinaria para comunicar de forma precisa y directa nuevas ideas en las que se recogen tradiciones filosóficas de Oriente y Occidente". Otros galardonados en las ediciones anteriores fueron Marjane Satrapi, Nuccio Ordine, Adam Michnik o Gloria Steinem. El premio se entregará, junto con los de las otras disciplinas, en otoño en el Teatro Campoamor de Oviedo.
Han tiene el favor del público. Sus libros (como La sociedad del cansancio, La expulsión de lo distinto, El aroma del tiempo, La sociedad de la transparencia, etc, publicados en España por editoriales como Herder o Taurus), cortos, divulgativos, llenos de referencias a la historia de la filosofía y centrados en problemáticas contemporáneas, se convierten en best sellers internacionales. El éxito popular, como en el caso de Han, a veces está reñido con la acogida unánime en el campo de la academia. Y desde ahí se le ha criticado precisamente por su prolificidad, el espíritu de divulgación, cierta superficialidad, el decirle al lector lo que, de algún modo, el lector ya sabe. Que su fama, como también se ha dicho de Slavoj Zizek, supera con creces su aportación real al campo filosófico.
Siempre al pie de lo que ocurre en nuestras vidas cotidianas, Han critica los aspectos más característicos de la sociedad contemporánea y el dogma económico dominante. “Solo un régimen represivo provoca la resistencia. Por el contrario, el régimen neoliberal, que no oprime la libertad, sino que la explota, no se enfrenta a ninguna resistencia. No es represor, sino seductor. La dominación se hace completa en el momento en que se presenta como la libertad”, dijo el pensador en una entrevista exclusiva con este periódico en 2018.

Se opone así a la aceleración creciente y a la explotación (a veces autoexplotación) a la que estamos sometidos, a la cultura de rendimiento y a las hipertecnificación de las relaciones personales y los asuntos vitales, al hiperconsumo y la mercantilización propia del capitalismo neoliberal. Al resultado de estas dinámicas en la ansiedad y la depresión generalizadas.
“En la depresión perdemos la relación con el mundo, con el otro. Nos hundimos en un ego difuso. Pienso que la digitalización, y con ella el smartphone, nos convierten en depresivos”, dijo en la citada entrevista. Y predica con el ejemplo: es conocido por su afición de cultivar un jardín y así recuperar los ritmos de la naturaleza (una postura, por cierto, que le puede venir de su origen oriental). “Necesitamos que se acalle la información. Si no, acabará explotándonos el cerebro. Hoy percibimos el mundo a través de las informaciones. Así se pierde la vivencia presencial. Nos desconectamos del mundo de forma creciente. Vamos perdiendo el mundo”, añadió.
Han llegó a Alemania a los 22 años, engañando a sus padres, diciendo que iba a estudiar Metalurgia. En realidad, iba a estudiar Filosofía en la Universidad de Friburgo. Su padre es ingeniero, así que considera su vertiente humanista como una “mutación”. Nunca vio leer un libro en su casa. El autor suele posar con una cazadora de cuero negro, a veces con el pelo largo, con pose de rockstar, y suele cultivar cierto aura de misterio e inaccesibilidad alrededor. Fuma en pipa, como se espera de alguien que piensa. Se declara un pensador perezoso que escribe pocas líneas al día. Le gusta cultivar la lentitud, no solamente en su jardín, sino también tocando piezas de Bach y Schumann en su piano de cola Steinway (tiene otros dos Blüthner y le fascinan las Variaciones Goldberg, con las que aprendió a tocar de forma autodidacta). “Tengo que tocar todos los días, si no, me pongo enfermo”, dijo cuando este periódico le visitó en Berlín en 2023. “Incluso cuando viajo. Por eso no viajo tanto”.
No es un acérrimo defensor de la libertad individual, según declaró en aquella visita. “Ya lo decía Marx, esa libertad individual es la astucia del capital. Creemos que somos libres, pero en el fondo producimos, aumentamos el capital. Es decir, el capital utiliza la libertad individual para reproducirse. Eso significa que nosotros, con nuestra libertad individual, solo somos los órganos sexuales del capital”. Y enarboló una de sus ideas centrales: “Bajo la compulsión del rendimiento y la producción, no hay libertad posible. Me obligo a producir más, a rendir más, me optimizo hasta la muerte, eso no es libertad”.
El jurado del premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, presidido por Miguel Falomir, director del museo del Prado, estuvo formado por nombres como Álex Grijelmo, Estrella de Diego, Alma Guillermoprieto, Cristina de Middel o Carme Riera. La candidatura de Han ha sido propuesta por el periodista Antonio Lucas. Está por ver si Han, amante de la lentitud, hater del ajetreo, romperá su costumbre de viajar poco para recoger el galardón de manos de la princesa Leonor en Oviedo.
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