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Santiago Segura: "Mi infancia fue un absoluto paraíso y la razón por la que hoy aún sigo siendo un Peter Pan"

Santiago Segura: "Mi infancia fue un absoluto paraíso y la razón por la que hoy aún sigo siendo un Peter Pan"
Actualizado

Le pregunto a Santiago Segura (Madrid, 1965) por qué es más feroz el hater virtual que el analógico. «Imagino que por la misma razón que uno reprime una ventosidad en sociedad y suelta unos pedos descomunales en soledad. El aire presiona, pero la educación está por encima. El odio, la amargura, la envidia... también presionan a algunos individuos, que los sueltan a borbotones en forma de insultos». Y zanja con una cortesía:«Espero que les produzca alivio».

Dicen que la gente ya no va al cine... Tú los estás llevando en masa. Otra vez. Y con este calorazo.
La gente sí va al cine... a ver las superproducciones norteamericanas, esas que ya superan los 250 millones de presupuesto y son espectáculos impecables de pirotecnia audiovisual distribuidos por Disney, Warner... Yo lo que hago son películas que a mí me gustaría ir a ver al cine con todo el ingenio y cariño del que soy capaz. A esos presupuestos no puedo ni acercarme, claro.
Haces comedia clásica en tiempos cínicos. Quizá hay quien la considera un género superado. Demasiado blanco o ingenuo.
No pienso que el humor de nuestras películas familiares sea blanco e ingenuo. Tiene retranca e ironía, algo de gamberrismo y, eso sí, bebe lo que puede de la comedia clásica porque para nada pienso que sea un género superado.
Acabas de estrenar la quinta entrega de Padre no hay más que uno. Una saga sobre una familia numerosa en un país con la natalidad por los suelos. ¿Por qué se siente la gente identificada?
Por la misma razón que yo me sentía identificado con los niños de La gran familia o con los de la serie Con ocho basta, cuando en mi casa solo éramos dos.
¿La familia es el último refugio en una sociedad tan líquida e inestable?
Yo en mis películas no hago apología de la familia, que en este caso es una fuente de enredos que generan comedia. Podría haber sido una menos tradicional, o una banda de músicos de gira por Indonesia o los empleados de una tienda de ultramarinos. Pero por supuesto la familia ha sido y será siempre un refugio. Sin amigos ni familia... qué bajón.
Alguna vez has dicho que la infancia es terrible.
Digo tantas tonterías que no me acuerdo de todas. Probablemente hablaba del colegio, un sitio horroroso lleno de gente dispuesta a amargarte la vida. El resto de mi infancia fue un paraíso absoluto, al punto de que mi peterpanismo ha llegado hasta el día de hoy.
¿Qué se puede hacer como padre para que tu hijo no se arañe contra el mundo?
Desde luego la solución obvia, envolverlo en algodones, no la considero recomendable. Lo más razonable para evitar que sufran quizá sea un seguimiento no obsesivo de la interacción de las criaturas con ambientes posiblemente inhóspitos.
Estamos periódicamente al borde de una tercera guerra mundial. Pero la gente tiene ganas de reírse.
La risa es un bálsamo. La risa puede hacernos olvidar los problemas momentáneamente. Pero la risa no puede evitar los conflictos, ojalá pudiese.
Torrente era «machista, racista, aficionado a las prostitutas y bebedor». Pensábamos que esa España ya no existía y de pronto aparecen los koldos y los ábalos.
Yo siempre pensé que Torrente era un vestigio de otra época, una especie en extinción, un fantasma del pasado... Hace 28 años de su creación y he seguido viendo Torrentes sin parar todo este tiempo. Cambian los colores, los detalles, los tiempos, pero las actitudes deplorables siguen ahí. Y alguno seguro que piensa que es culpa mía por dar ideas con la peliculita... ¿De dónde piensan que saqué yo las ideas? Tengo imaginación, pero no tanta.
¿Están condenados los políticos a engañar?
La picaresca es nuestro género literario, los golfos, granujas y sinvergüenzas nos caen bien siempre que sean simpáticos y sean personajes de ficción. Lo de que el poder corrompe es universal. Yo no sé si nuestros políticos están condenados a engañar, de lo que estoy seguro es de que nos encantaría que condenaran a los que nos han engañado en la vida real.
Dices que no tienes partido político ni equipo de fútbol. ¿Por qué?
Lo he dicho en varias ocasiones, porque ya me defraudo yo solo.
¿Ya no quedan religiones profanas en las que fanatizarse?
Fanatizarse es un error. El fanatismo es terrible. Es lo contrario a la lógica, la coherencia y la razón, que es todo aquello por lo que debería de guiarse la gente.
¿Es verdad que molesta tu éxito?
A mis amigos y a la buena gente ni lo mas mínimo, al contrario, es un motivo de orgullo y alegría para ellos. A los frustrados y miserables les irrita sobremanera. Que se lo hagan mirar.
¿Y a ti te escuece aún la crítica?
Tanto los premios como la crítica son cosas muy subjetivas y consecuentemente respetables. La crítica no me produce escozor, me produce mas bien estupefacción. Cuando se meten conmigo intento que me resbale, pero cuando tienen la desfachatez de meterse con el público que consume mis películas, descalificándolo, mirándolo por encima del hombro, reconozco que me revienta: ese paternalismo mal entendido, ese elitismo y esa soberbia son, para mí, repugnantes.
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