Benson Boone y sus contradicciones tan americanas


Todo parece irle bien a principios de julio. Benson Boone ha ganado el Santo Grial: Corazón Americano . Su segundo álbum alcanzó el número uno en las listas de ventas de Estados Unidos, informa la revista especializada Billboard .
Un éxito popular que contrasta radicalmente con la recepción de la crítica. «Benson Boone canta como si tuviera algo que demostrar, pero nada que decir», critica, entre otros, The Washington Post .
Entonces, ¿qué explica la popularidad de esta inusual "estrella pop masculina blanca" en Estados Unidos en 2025?, pregunta The New York Times .
Una pregunta aún más justa si tenemos en cuenta que la carrera de Benson Boone no estaba del todo planeada.
Creció en un pequeño pueblo del estado de Washington en una familia mormona, antes de hacerse un nombre con una breve participación, a los 18 años, en el programa de talentos American Idol.
Y hacer de su título Beautiful Things uno de los mayores éxitos mundiales de 2024.

Pero el cantante, ahora de 23 años, tiene más de una faceta. Y cumple con varios criterios de popularidad en la era de las redes sociales, según el diario estadounidense. Cabe destacar que, con su distintivo bigote, "el vello facial está en el punto de mira entre las celebridades de la Generación Z".
Musicalmente, "tiene voz y domina la expresión dolorosa de un cantante que se esfuerza ostentosamente por alcanzar las notas altas", se queja el New York Times.
Y sus letras, salpicadas de referencias a clásicos del pop del siglo XX, están dedicadas en su mayoría a los hombres de su vida, como su padre y su mejor amigo, y muy poco a su pareja, la actriz Maggie Thurmon.
A eso se suma la actitud. Porque «da tantas volteretas —ya lo sabes, claro— que hay vídeos recopilatorios de sus acrobacias».

Y luego está la imagen que quiere proyectar.
"Es vagamente patriota, de una manera pseudoapolítica", continúa el diario estadounidense. Esto es lo que retrata en la portada de American Heart al aparecer... cubierto de hollín y ondeando una bandera estadounidense “como si regresara del campo de batalla”.
Una imagen que también cultiva, sobre todo a través de su look, que le convierte en “un exhibicionista sexual con atuendos reveladores que se agarra la entrepierna en el escenario”.
En este sentido, recuerda a cierto Harry Styles, aunque "difumina los límites a su manera". Para ello, se inspira en gran medida en la iconografía del ícono queer Freddie Mercury, desde su famoso bigote hasta su fogosa presencia escénica, pero eso no convence a todo el mundo: el medio especializado Pitchfork , al recordar su "atroz" concierto en Coachella, opina que "Benson Boone es horrible, simplemente espantoso".

Aunque su música y sus escritos son mucho menos populares entre los críticos que los de Chappell Roan u Olivia Rodrigo, el New York Times dice que Benson Boone "es en muchos sentidos el que mejor se adapta al confuso panorama cultural actual: político y apolítico a la vez, extravagante pero temeroso de Dios, tremendamente popular pero al mismo tiempo bastante banal".
Courrier International