¡No reduzcamos a Jane Austen a un icono feminista!

250 AÑOS DE JANE AUSTEN (4/6). Nuestra época se complace en destacar a las artistas que luchan contra las ataduras patriarcales. Pero si la inglesa es una escritora excepcional, es sobre todo por su talento como moralista, argumenta el escritor y teólogo británico Theo Hobson en el semanario conservador «The Spectator».
Logré ver casi toda Jane Austen: El Origen de un Genio. Soporté las actuaciones insulsas y las intervenciones de académicos desconocidos, todos asombrados por la genialidad de su heroína.
Como era de esperar, Austen fue retratada como una escritora divertida, provocadora, valiente y revolucionaria, una rompedora de convenciones y restricciones, que irradiaba feminismo por doquier. Como era de esperar, nadie mencionó lo que hace que su escritura sea tan poderosa y lo que le otorga a Austen su aura de gran escritora: su moral omnipresente, una dimensión central de su obra que siempre se pasa por alto.
El tema no es fácil de abordar: ¿a quién le gustan los moralistas hoy en día? ¿Quién recomendaría una creación literaria imbuida de preceptos morales, incluso religiosos? Sin embargo, cabe decir que su sentido del humor y la precisión de sus observaciones no son fruto del azar; hay cierta lógica en juego. En su obra, el egoísmo y la vanidad ordinaria merecen ser ridiculizados, diseccionados con un bisturí.
Austen, sin embargo, procede con relativa discreción. Por ejemplo, Emma Woodhouse [la heroína de
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