Famoso pianista de la escuela de música. El excepcional recital de Rafał Blechacz en Szczecin.

Rafał Blechacz deleitó al público de Szczecin con su interpretación virtuosa. En la foto con Natalia Zaleska Foto Dariusz Gorajski
Un gran evento cultural tuvo lugar el viernes por la noche en Szczecin. El recital del destacado pianista Rafał Blechacz fue un festín artístico para los amantes de la música. La sala de conciertos ZPSM rebosó de público.
El momento culminante del recital fue, sin duda, el Concierto para piano en mi menor, Op. 11, de Fryderyk Chopin. El compositor romántico dominó todo el repertorio de la velada, lo cual no sorprende, ya que Blechacz, ganador del prestigioso Concurso Internacional Chopin en 2005, extrae con maestría lirismo y ansiedad, armonía y melodía, así como la esquiva nostalgia poética de las obras de Chopin. El público reaccionó con emoción y euforia entusiasta a las magistrales interpretaciones de un artista que ha ganado los máximos galardones en numerosos concursos internacionales de piano. Un artista cuyas interpretaciones son solicitadas por las salas de conciertos más famosas del mundo, como el Carnegie Hall de Nueva York, el Royal Albert Hall de Londres, el Wiener Musicverein de Viena o el Royal Concertgebouw de Ámsterdam.
El evento en Szczecin no habría sido posible sin el instrumento que el Zespół Państwowych Szkół Muzycznych de la calle Staromłyńska adquirió hace unos meses. Se trata de un piano de la famosa marca Steinway & Sons, reconocida por su alta calidad. Rafał Blechacz toca exclusivamente con estos instrumentos.
El recital del viernes, con un rico repertorio, comenzó con obras de Chopin. En la primera parte, presentó una interpretación dinámica y expresiva de la Barcarola en fa sostenido mayor, Op. 60, y a continuación interpretó la Balada n.º 3 en la bemol mayor, Op. 47, considerada una obra maestra romántica, de gran virtuosismo y sensibilidad. A continuación, el programa incluyó tres mazurcas de Chopin, Op. 50, con elementos de diversas texturas, incluyendo polifonía, en la que se pueden escuchar las notas del oberek y el kujawiak. Esta parte también incluyó una composición tripartita de Franz Schubert, Impromptu en mi bemol mayor, sol bemol mayor y la bemol mayor, y al final de la primera parte, la famosa Sonata Claro de Luna en do sostenido menor, Op. 27, de Ludwig van Beethoven. Se podía sentir que la concertación y el contacto con el público son elementos clave de Rafał Blechacz. El público mostró su admiración por la habilidad artística del intérprete con ovaciones.
La segunda parte incluyó el ya mencionado Concierto para piano en mi menor, Op. 11, de Fryderyk Chopin, uno de los dos escritos por el compositor. Durante el recital del viernes, el público lo escuchó en versión de cámara, ya que la parte orquestal fue interpretada al segundo piano por la pianista Natalia Zaleska. La pieza combina las características de las obras de Chopin: virtuosismo, pureza interpretativa, poesía y dinamismo, donde la sutileza se entrelaza con el dramatismo. Rafał Blechacz presentó todos estos matices, frases y motivos chopinianos en su interpretación. El público premió al artista con grandes ovaciones, exigiendo repetidamente bises, a los que respondió interpretando, entre otros, el vals de Fryderyk Chopin. Tras el concierto, tuvo lugar un encuentro con amantes de la música. El pianista admitió que la mayor satisfacción le la proporcionan los conciertos y la comunión con el público. Al preguntársele si se sentía cansado de interpretar principalmente piezas de Chopin, el maestro respondió con firmeza que no. Agregó que las formas de interpretar las obras de este compositor pueden ser tan diversas que cuando graba varias versiones de una misma obra en un disco, la mayor dificultad para él es escoger aquella interpretación más interesante que permanecerá en la memoria de los oyentes durante muchos años.
El concierto en la ZPSM fue posible gracias al apoyo del alcalde de Szczecin, el Mariscal del Voivodato de Pomerania Occidental. Kurier Szczeciński fue el patrocinador del evento.
Elizabeth Kubera
Kurier Szczecinski