La Sinfonía Varsovia contará con una sala de conciertos digna de Viena y Berlín. Hablamos con los creadores del proyecto del Atelier Thomas Pucher.

La nueva sede de la Sinfonia Varsovia, una de las orquestas sinfónicas más importantes de Polonia, diseñada por el Atelier Thomas Pucher de Graz (ganador del concurso internacional de 2010), va tomando forma poco a poco.
El complejo musical y recreativo de la calle Grochowska 272 de Varsovia se está construyendo en el solar del antiguo Instituto Veterinario, rodeado de edificios históricos y zonas verdes.
Se trata del primer gran evento cultural de este tipo en el barrio Praga de Varsovia , esperado con impaciencia no sólo por la comunidad musical, sino también por los habitantes del barrio.
En 2023 se inició la primera etapa de la inversión, que contempla la adecuación y renovación de tres edificios frontales de la calle Grochowska.
El 13 de mayo de 2025 comenzó la siguiente fase de implementación: Sinfonia Varsovia anunció una licitación para la selección del contratista general para la nueva sala de conciertos, que albergará a 1.877 personas y ofrecerá condiciones acústicas de clase mundial , desarrollada en cooperación con expertos de Berlín y Bruselas.
El complejo también incluirá espacios educativos, salas de ensayo, un jardín y una cafetería con librería musical. La inauguración de la sala está prevista para finales de 2029.
Los autores del proyecto, Thomas Pucher y Crystal O'Brien-Kupfner del Atelier Thomas Pucher, hablan con Karolina Magiera-Wróbel sobre el proceso creativo, los desafíos y la idea de la "ciudad de la música".

Karolina Magiera-Wróbel: ¿Qué te inspiró a diseñar la nueva sede de Sinfonia Varsovia?
Thomas Pucher y Crystal O'Brien-Kupfner de Atelier Thomas Pucher: Queríamos crear un lugar que fuera al mismo tiempo un establecimiento de alta categoría con una arquitectura que destacase en un contexto internacional, así como un espacio sencillo y acogedor: un corazón urbano para los habitantes del barrio.
¿Cuál fue el mayor reto, tanto en cuanto a la función como a la forma del edificio? Uno de los más complejos fue lograr la perfección acústica en una sala de conciertos con más de 1800 butacas, que parece flotar en un espacio oscuro, completamente desprovista de gravedad. Las salas de conciertos requieren una precisión milimétrica, tanto en la forma como en la selección de materiales. Combinar acústica, estética y miles de aspectos técnicos es una de las mayores dificultades que se pueden encontrar en la arquitectura. Fue un gran reto para nosotros, pero también una gran satisfacción.
El diseño combina las características de una clásica caja de zapatos rectangular con la disposición anfiteatro de un viñedo. ¿Cuál fue la decisión detrás de esta solución y cómo afecta a la experiencia del público? Nuestro enfoque híbrido combina las ventajas acústicas de una caja de zapatos (la calidez y claridad necesarias para la música orquestal) con la dinámica espacial y la cercanía social de un viñedo. Esto último acerca al público a los intérpretes, potenciando la sensación de intimidad y participación. La combinación de ambos conceptos permite una experiencia de concierto inmersiva y accesible, donde todos los asientos están ubicados cerca de la música.
Arquitectura al servicio de la comunidad
¿Cómo abordaron la integración de la nueva sala de conciertos con los edificios históricos del antiguo Instituto Veterinario? Con gran respeto. Los pabellones históricos del Instituto no son solo reliquias para nosotros; transmiten recuerdos y una atmósfera especial. El nuevo edificio no los absorbe tímidamente; al contrario, transforma por completo su contexto urbano, dándoles nueva vida.

¿Cómo se integra el edificio en el carácter de Grochów? Grochów posee una fuerte identidad y un encanto natural. No queríamos imponer una forma monumental, sino crear un organismo cultural abierto y acogedor. El nuevo pabellón se diseñó respetando las proporciones humanas: con retranqueos, bordes verdes y formas cuidadosamente definidas. Nuestro objetivo era dinamizar el lugar sin abrumarlo, para crear un destino que, al mismo tiempo, se convirtiera en un referente para la zona.
¿Cómo desarrolla el proyecto Sinfonia Varsovia la idea de una "ciudad de la música"? ¿Puede realmente moldear la identidad cultural del distrito? Definitivamente sí. La arquitectura crea un escenario para la vida cultural. Al diseñar un espacio donde la educación musical, las actuaciones y la comunidad conviven, fortalecemos la identidad de Varsovia como ciudad de la música. Esperamos que la sala de Grochów se convierta no solo en una sala de conciertos, sino también en una especie de faro: un lugar para que los jóvenes descubran la música, un espacio cercano a los residentes, gracias al cual la cultura se integre en el tejido urbano.
¿Cómo valora la colaboración con nuestros socios polacos, Grupa 5 Architekci y Sinfonia Varsovia? Es una colaboración valiosa y necesaria. Grupa 5 aporta un conocimiento invaluable de la normativa local, los materiales y el contexto cultural. Mantenemos un diálogo continuo con el equipo de Sinfonia Varsovia; no son solo clientes, sino cocreadores. Su búsqueda de la excelencia y su apertura al pensamiento arquitectónico nos permitieron llevar el proyecto a un nivel superior.

¿Cómo deberían funcionar los espacios para jóvenes artistas y la educación musical? ¿Se identificó su potencial social y experimental desde la etapa de diseño? Por supuesto que sí. Queríamos crear un espacio multidimensional que fomentara tanto la maestría como la exploración. Los espacios educativos son flexibles, informales y acústicamente adaptados a diversas formas de trabajo, desde ensayos solistas hasta conjuntos de cámara. La proximidad de estos espacios a las áreas profesionales facilita la interpenetración de mundos y brinda a los jóvenes artistas un sentido de pertenencia a un todo mayor.
El proyecto también incluye áreas recreativas: una cafetería, un pasaje y un jardín. ¿Qué función deberían cumplir en la vida cotidiana del complejo? Las consideramos absolutamente cruciales. La sala de conciertos no debe estar llena de vida solo por las noches. Estos espacios dinamizan el lugar durante todo el día y en cualquier época del año. El jardín ofrece un momento de respiro, el pasaje invita a la contemplación y la cafetería fomenta el encuentro espontáneo. Juntos crean un espacio cívico donde la música se entrelaza con la vida cotidiana.
¿Hay alguna característica o detalle del que se sienta especialmente orgulloso, aunque no sea inmediatamente evidente para los visitantes? Sí, muchos. Uno de ellos es la forma en que la sala de conciertos "flota" acústicamente dentro de su envoltura estructural, completamente aislada para que ni siquiera las vibraciones más leves la alcancen. Otro es la sutil modelación de la luz natural en todo el complejo, incluso donde no era necesaria, para crear un cierto ritmo de luces y sombras. Pero quizás lo que más nos enorgullece es la atmósfera: la serena dignidad que surge donde la historia, la música y la arquitectura encuentran el equilibrio.
