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El simpático caníbal Georg Stefan Troller entrevistó a Woody Allen, Muhammad Ali y Marlene Dietrich. El periodista y escritor ha fallecido a los 103 años.

El simpático caníbal Georg Stefan Troller entrevistó a Woody Allen, Muhammad Ali y Marlene Dietrich. El periodista y escritor ha fallecido a los 103 años.
Georg Stefan Troller en una fotografía de 1988.

Georg Stefan Troller se quejó una vez de que siempre se decía lo mismo de él. Lo mismo: su biografía. Lo que para el propio Troller apenas merecía la pena mencionar seguía siendo, desde la perspectiva de la historia europea, una serie de circunstancias vitales extraordinarias. Nacido en Viena en 1921, hijo de un comerciante de pieles judío, el joven huyó a Francia vía Checoslovaquia en 1938. Obtuvo un visado para Estados Unidos, se convirtió en soldado y, tras la guerra, como soldado, interrogó a los nazis que habían exterminado a gran parte de su familia en los campos de concentración.

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Después de 1945, Georg Stefan Troller trabajó brevemente en Viena para la emisora ​​de radio Rot Weiss Rot, regresó a Estados Unidos y recaló en París. El desplazado estableció la capital francesa como su residencia permanente. Cuando recuperó la ciudadanía austriaca a los 101 años, declaró en una entrevista que esta se enmarcaba en el "departamento de la añoranza".

El programa de televisión de la WDR "Pariser Journal" hizo famoso a Troller en la década de 1960. Se hizo aún más famoso con su programa "Personenbeschreibungen" (Descripciones de Personas), emitido por la ZDF. Troller consigue con facilidad obtener los detalles más personales de sus entrevistados. Formula preguntas con una calidez fría.

No le importa la fama, y ​​puede elegir a quién acompaña en sus retratos televisivos o a quién invita al estudio para entrevistas. Muhammad Ali, Peter Handke, Romy Schneider, Yves Montand, Édith Piaf, Leonard Cohen, Marlene Dietrich, Ingrid Bergman y Woody Allen han estado con él.

La televisión como forma de humanidad

Con Troller, este gran señor de la televisión, los héroes se convirtieron en personas, y las personas en héroes. El periodista también presentó ante su cámara a personas sin hogar, veteranos de guerra y prisioneros, otorgándoles la dignidad que la televisión a menudo priva a sus víctimas.

Aquí, la famosa televisión era algo diferente. No una sociedad que explotaba el destino, sino una señal de que el periodismo no es solo una experiencia contemporánea, sino también una forma de compasión. Uno de los síntomas del medio televisivo es que ha eliminado gradualmente los formatos de Troller. Esta conversación lenta era, en efecto, lenta, y tenía poco que contrarrestar la invasiva logorrea de los programas de entrevistas. Lo que Troller creó fue una forma narrativa que no se interesaba por las unicidades, sino que buscaba retratar las ambivalencias de la vida misma.

El periodista nunca se centró en su propia biografía, y quizás por eso mismo, esta permaneció palpable como telón de fondo de sus conversaciones. Como una fuente oculta de preguntas existenciales. Como un modelo conceptual de lo absurdo. Georg Stefan Troller se acercaba a las personas con las que trabajaba para la televisión en un estado de profunda relajación. Dejaba que la cámara se acercara mucho a ellos. A veces, la inesperada proximidad incluso los desorientaba.

El escritor Thomas Brasch no fue el único confundido por los métodos de su entrevistador: "Soy el escalope que sirves", le dice a Troller en el retrato cinematográfico. Troller logró llevar su sensibilidad periodística tan lejos que las celebridades se sintieron atrapadas en algo que no querían divulgar públicamente.

El actor Alain Delon incluso creyó estar siendo interrogado por un psiquiatra cuando le preguntaron por primera vez sobre sus papeles de macho e inmediatamente después sobre su relación con su madre. Sin embargo, la evaluación de Georg Stefan Troller sobre su profesión también fue autocrítica. «Somos caníbales», dijo una vez.

Si existen caníbales amigables, él lo era. No le interesaban los políticos, porque una definición enfática de la palabra prevalecía: que había verdad en él. Las entrevistas con trolls eran una introspección, literatura en sí mismas. El austriaco, cuyo característico cabello y barba lo identificaban como un bohemio de mundos perdidos, también era al menos medio novelista. Es curioso que sus libros fueran publicados a menudo por editoriales muy pequeñas.

La historia autobiográfica de Troller, que el director Axel Corti convirtió en la impresionante trilogía cinematográfica "De dónde y hacia dónde" en los años 1980, es un documento de un arte narrativo que sabe cuáles son los puntos fuertes de la vida, tanto para bien como para mal.

La memoria andante

Uno de los puntos culminantes de la carrera de Georg Stefan Troller es su presencia constante hasta el final. Superó a la televisión, un medio de olvido, al no dejar nunca de recordar. En sus entrevistas y artículos, Troller demostró su inteligencia cristalina y su ingenio tradicional austriaco. Incluso con más de cien años, este hombre del siglo aún podía hablar de personas fallecidas como si las hubiera conocido ayer.

Si la proximidad es algo más que un ataque periodístico, a veces dura hasta la muerte. El periodista, documentalista y escritor Georg Stefan Troller ha fallecido en París a los 103 años, según anunció su familia.

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