‘Carroña última forma’: la exposición en el Recoleta que une a Berni, Forner, Maresca y Stern

Antonio Berni, Raquel Forner, Liliana Maresca y Grete Stern son solo algunos de los artistas cuyas potentes obras conforman la exposición Carroña última forma, en la sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta, curada por Carla Barbero y Javier Villa. El título rinde homenaje al libro homónimo de Leónidas Lamborghini (1927–2009), una de las voces más singulares y potentes de la poesía argentina del siglo XX.
Carroña última se puede visitar en el Centro Cultural Recoleta, Junín 1930 con entrada libre y sin costo para argentinos y residentes hasta el 30 de septiembre. Foto: gentileza.
Apenas cruzar la puerta de acceso, el público se encontrará con los fragmentos de aquel libro publicado en 2001, sobre la pared que conforma la antesala del espacio: una obra plagada de humor, horror y exceso, de un autor que mantuvo siempre un fuerte vínculo con la historia política del país, especialmente con el peronismo, que funcionó como inspiración estética e ideológica.
Como indica el texto de sala, en Carroña última forma, publicado en 2001, en pleno colapso social y político, Lamborghini “le da voz a un vagabundo que recorre una ciudad alucinada: las palabras son calles, la ciudad un cuerpo en descomposición, y ese cuerpo es también la poesía. Esta obra, que da título a la exposición, se presenta aquí de forma completa como un prólogo necesario”.
Carroña última se puede visitar en el Centro Cultural Recoleta, Junín 1930 con entrada libre y sin costo para argentinos y residentes hasta el 30 de septiembre. Foto: gentileza.
Este comienzo del recorrido marca el tono y matiz del derrotero visual que aguarda puertas adentro y que –en diálogo con aquella obra– asume la carroña no como desecho, sino como forma última: lo que persiste, lo que habla desde lo corroído.
La exposición coloca así, en primer plano, una tradición argentina del realismo abyecto que persiste y no deja mirar hacia otro lado. Lo que en Lamborghini era poesía de los escombros aquí se transforma en una apuesta curatorial poderosa, en un recorrido que enlaza a los maestros del siglo XX con una escena contemporánea que se atreve a habitar lo despreciable, lo ruin, lo infame.
Las casi cuarenta obras reunidas aquí exploran figuras del cuerpo herido, los restos de la historia y los imaginarios del poder a través de lenguajes intensificados, grotescos, alucinados, a veces hiperbólicos. A través de once artistas, este ensayo visual enlaza vanguardias de mediados del siglo XX con expresiones contemporáneas que tensan los límites de un realismo local “delirado”.
“La exposición le da entidad a lo que suele ser dejado de lado –lo turbio, lo abyecto, eso que no queremos ver– pero que forma parte central de nuestra historia visual y política”, dice la curadora Carla Barbero a Clarín. “Hay una tradición de realismo abyecto que en esta muestra se lleva al máximo, hasta llegar a la fábula, la alegoría, lo delirante”, agrega.
La muestra traza un linaje visual que comienza con figuras pioneras como Raquel Forner, cuya pintura “La Victoria” (1939) presenta a una mujer mutilada como transposición simbólica de Jesucristo, denunciando los horrores de la Guerra Civil Española y el auge del fascismo europeo.
Esta obra –justo en el corazón de la sala– cuelga desde lo alto del cielo raso, como si de una figura religiosa se tratara. Justo debajo de esa pieza, sobre una tarima blanca, impoluta, que retoma el clima de altar, se pueden apreciar dos obras de Antonio Berni. “La guerra” y “La torturada”, ambas de 1976, dan cuenta tempranamente de los horrores de la última dictadura cívico–militar.
Carroña última se puede visitar en el Centro Cultural Recoleta, Junín 1930 con entrada libre y sin costo para argentinos y residentes hasta el 30 de septiembre. Foto: gentileza.
Esa idea de cuerpo femenino en el centro de la escena se retoma en otra obra situada muy cerca de allí, de Grete Stern, con sus icónicos fotomontajes para la revista Idilio. Surrealismo doméstico, crítica de género y violencia simbólica confluyen en estas imágenes oníricas que hoy, décadas después, mantienen su vigencia.
En la posdictadura, la tensión entre cuerpo e historia encontró en Liliana Maresca una de sus expresiones más radicales. En su célebre “Imagen Pública – Altas Esfera” (1993), empapeló este mismo Centro Cultural Recoleta con retratos de políticos, militares y celebridades, intercalados con una imagen propia, desnuda: una declaración de principios sobre el cuerpo del artista como figura pública, como archivo viviente de una Argentina en ruinas y como respuesta al avance del neoliberalismo. “Maresca es clave para pensar el cuerpo como catalizador de los traumas sociales”, afirma Barbero.
La artista Marcia Schvartz, en cambio, atraviesa la muestra como una figura bisagra. “Su trabajo une los dos siglos –sostiene Barbero–. Su obra pivotea entre lo íntimo y lo político con una ferocidad única”. Las instalaciones “Berniadas” y “El entorno” de Schvartz “transforman los restos de la historia en una memoria feroz y vigente”.
Carroña última se puede visitar en el Centro Cultural Recoleta, Junín 1930 con entrada libre y sin costo para argentinos y residentes hasta el 30 de septiembre. Foto: gentileza.
En diálogo con esa genealogía visual y política, una nueva generación de artistas contemporáneos actualiza las formas del exceso, lo grotesco y la alegoría.
Verónica Meloni encarna tensiones urbanas y de género en el espacio público, mientras que Verónica Gómez, Tobias Dirty y Santiago O. Rey despliegan un repertorio grotesco y barroco, donde lo abyecto y lo monstruoso se encarnan material y simbólicamente. “De los artistas que participan acá todos tienen un imaginario singular, potente, y una obra consolidada”, señala Barbero
La puesta en sala refuerza esa tensión que hilvana el recorrido. Las paredes blancas se van ensombreciendo lentamente hacia arriba, hasta finalizar en un techo pintado de gris, oscuro y sombrío.
Las primeras obras de la sala están “de espaldas” a la puerta, por lo que lo primero que se puede ver son paneles blancos, como una negación de la imagen, para encontrarse luego con esta suerte de altar en el centro del espacio, en un montaje que se mueve entre la iconoclasia y la veneración.
Carroña última se puede visitar en el Centro Cultural Recoleta, Junín 1930 con entrada libre y sin costo para argentinos y residentes hasta el 30 de septiembre. Foto: gentileza.
“Nos interesaba generar un diseño que dialogara con las estrategias de los artistas –explica Barbero–. Las cajas de luz, por ejemplo (que albergan las obras de Berni), me recuerdan a la cartelería de la calle, esa publicidad que ves esperando el colectivo: imágenes que parecen inofensivas, pero cargan con una violencia simbólica que no siempre queremos ver”.
La tensión atraviesa la propuesta de principio a fin y en este lenguaje persistente de alusión a lo corroído, la muestra le habla no sólo al pasado sino también al presente.
Carroña última forma se puede visitar en el Centro Cultural Recoleta, Junín 1930. De martes a viernes de 12 a 21, sábados, domingos y feriados de 11 a 21. Entrada libre y sin costo para argentinos y residentes hasta el 30 de septiembre.
Clarin