Hervé Kempf y Juan Méndez reflexionan en un cómic sobre las causas de la catástrofe climática

Somos muchos los que nos creemos los datos científicos que dejan claro que el planeta se agota, que el cambio climático no es sino un síntoma de los límites de la explotación de los recursos. Hay pruebas, se pronuncian discursos, se aprueban medidas pero luego la cosa va como va y cada vez queda menos margen. Sin ir más lejos, un estudio reciente de la Universidad Politécnica de Zúric ha establecido que la contribución del 1% más rico del planeta al calentamiento global es hasta 26 veces superior a la del resto de la población mundial. Para el periodista medioambiental francés Hervé Kempf (Amiens, 1957), buena parte de la responsabilidad es de los superricos, como explica al cómic Como los ricos saquean el planeta (y como impedirlo) (Garbuix Books, en castellano y catalán), dibujado por el ilustrador belga Juan Méndez.
Kempf ya publicó hace unos años el ensayo Cómo los ricos destruyen el planeta (FCE, 2008 / Clave Intelectual, 2011) con la esperanza de contribuir al cambio, y está convencido que en parte fue así, ya que unos años después vendrían las huelgas por el clima de Greta Thunberg y las manifestaciones multitudinarias se esparcieron. “En estas protestas vi a muchos jóvenes y creo que necesitaban una explicación política de lo que pasó. El cómic es una buena manera de transmitir ideas al gran público, y con Méndez hemos formado muy buen equipo”, explica Kempf.
Hay que cambiar el modelo cultural de lo que es prestigioso para conseguir que se consuma menos“Tenemos un problema con los superricos. La desigualdad entre la riqueza y los ingresos de la clase alta y la clase media en países como España, Francia, Alemania o Estados Unidos es más gran que nunca. Los superricos consumen mucho, pero además crean un modelo cultural de sobreconsumo que influye en toda la sociedad, y encima rechazan todas las políticas reales sobre ecología. Hay que cambiar el modelo cultural de lo que es prestigioso, de lo que es agradable vivir, para que si no tampoco será posible que la gente de clase media cambie y viaje menos en avión, coma menos carne, vaya en bicicleta o en coches pequeños, etcétera”, asegura. Según el autor, “los ricos se quedan con dinero que proviene de la riqueza de la sociedad, y les tenemos que recuperar para utilizarlos para la gente muy pobre, para hacer una nueva agricultura contra la sequía, para hacer nuevos sistemas de transporte, para crear trabajo en las ciudades y casas adaptadas a la sequía, por ejemplo”.

Interior de 'Cómo los ricos saquean el planeta (y como impedirlo)', de Hervé Kempf y Juan Méndez
Garbuix BooksEn el cómic, autor e ilustrador se retratan investigando las causas por las cuales se ha llegado a la situación actual, con perspectiva histórica, y basa la argumentación en un teorema del economista Thorstein Veblen a partir del potlatch, una práctica ritual de pueblos indígenas de Norteamérica: “Todos rivalizamos los unos con los otros mediante el prestigio que obtenemos imitando las personas de la clase superior, que también rivalizan imitando a los que son superiores, hasta arriba de todo”. Los superricos, de los cuales muchos son lo que Kempf denomina “la oligarquía tecno”, quieren mantener los privilegios: “Estamos gobernados por gente loca, incluso si son inteligentes. Trump es inteligente, Musk es inteligente, pero al mismo tiempo están locos”.
Una solución es decrecer: “El crecimiento económico no es la solución, sino que se ha convertido en el problema. Nuestro sistema mundial es defectuoso porque no tiene en cuenta el cambio climático, la contaminación de los océanos, los residuos plásticos acumulados por todas partes, incluido nuestro propio cuerpo, la extinción de muchos animales... Somos hijos de una situación ecológica global que ahora puede ser buena, pero dentro de unos años, creará problemas. Cuando creemos que ganamos una nueva riqueza, en realidad estamos empobreciendo la biosfera general que necesitamos para vivir con normalidad”.
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