La poesía convulsa y reflexiva de Miriam Reyes, Premio Nacional de Poesía 2025

La poesía de Miriam Reyes (Ourense, 1974) apareció por vez primera para los lectores amplios de poesía en un volumen antológico que tuvo recorrido y también impacto: Feroces (1998), en edición de Isla Correyero y publicado por la extinta editorial DVD Ediciones. Entonces su escritura asomó distinta, con extraña vibración con un reborde carnal y oscuro, donde el amor a veces tiene un revés crudo e incuba una protesta alta. Una nueva promoción poética tomaba forma. En ella estaba/está Miriam Reyes como está Julieta Valero, Ana Merino, Raquel Lanseros, Olga Novo, Yolanda Castaño, Elena Medel, Ariadna G. García... Tres años después, en 2001, publicó su primer libro, Espejo negro, y desde entonces es una de las poetas bien ubicadas en el horizonte de la literatura en español del siglo XXI. El Premio Nacional de Poesía 2025, concedido por el Ministerio de Cultura y dotado con 30.000 euros, apuntala una senda bien demarcada.
En este tiempo, desde aquel libro primero hasta el último hasta ahora, titulado Con y publicado hace unos meses por La Bella Varsovia, la escritura de Miriam Reyes ha afinado su voz y su destino, amplificando las maneras de tomar posición en un feminismo basado en la libertad y en protesta contra cualquier tipo de dominación. Reyes, hija de gallegos emigrados a Caracas donde ella llegó con 8 años y salió con 21 para instalarse de nuevo en España, ha desarrollado también oficio en la traducción y concibe la lectura de poema desde una experimentación performativa al visual cargada de sugerencias. El interés por explorar los márgenes es uno de los centros de su proyecto. Y el cuerpo es una herramienta esencial. El cuerpo como espacio de amor y de deseo. El cuerpo también como territorio de rebelión. El cuerpo como pensamiento. Y el cuerpo como acción.
La poesía llegó como bálsamo y antídoto por la emigración de sus padres. En la lectura y en la escritura encontró cobijo y respuestas, y amortiguación contra cierta intemperie adolescente. Los poetas que le dieron contorno son muchos, pero algunos de manera más nítida: Chus Pato, Blanca Varela, García Lorca, Anne Carson, Paul Celan, Olvido García Valdés, Anne Carson... El jurado ha escogido Con por ser "un poemario que participa de la conversación pública en lo que respecta a las posibilidades de los vínculos. La voz de la autora traza con fuerza y originalidad el territorio de lo mutuo, hasta darle un excepcional sentido cósmico. El compás de la obra se centra en las dimensiones de la relación con el otro. Y lo hace desde una inteligencia lingüística que piensa y conmueve, mientras escribe, desde la desnudez de la conciencia y del cuerpo".
Y es que en los poemas nuevos, la relación con el otro es el eje, el sitio donde Miriam Reyes indaga y bucea. Este es uno de los poemas del libro: "Con o por medio de tu cuerpo/ amplío los límites de mi consciencia/ mi consciencia/ que no es materia sensible/ pero tiembla". Y el jurado insiste: "Un excelente poemario que, siendo agudo conceptual, interpela y desviste todas y cada de nuestras emociones". Una poeta que prefiere la penumbra al foco, pero entra con el poema hasta la luz.
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