La caja de la honestidad de Lucy Brazier: La mermelada y los calabacines salvaron mi matrimonio

Por Jane Shilling
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Hace dos décadas, la vida de Lucy Brazier parecía un éxito rotundo. Vivía en Londres , trabajaba como agente teatral, asistía a fiestas glamurosas y viajaba de trabajo a Los Ángeles. Es cierto que su vida amorosa era una versión nada cinematográfica de Bridget Jones. Pero entonces llegó Steve y surgió una atracción magnética entre los polos opuestos.
Cajas de honestidad como la de Lucy han aparecido en todo el país.
Ella era una persona organizada y complaciente con los demás, mientras que él era irritable, anárquico y brutalmente honesto.
Cuando nació su primer hijo, Rafferty, lo lógico era que Lucy siguiera trabajando, mientras Steve se convertía en padre y ama de casa. Pero ser madre de actores muy nerviosos resultó no ser un sustituto para su propio hijo, y Lucy empezó a soñar con mudarse al campo.
Por un momento perfecto, surgió la oportunidad de trabajar con el chef Hugh Fearnley-Whittingstall y, después de una entrevista incómoda en un barco pesquero, durante la cual Hugh usó la bufanda de cachemira de Lucy como toalla, ella consiguió el trabajo y se mudaron a Dorset.
Diecisiete años después, Lucy tenía un nuevo proyecto. En enero, planeó una caja de la honestidad. Se trata de puestos callejeros donde los transeúntes pueden comprar productos locales. Para Lucy, la caja representaba mucho más que vender verduras sobrantes. «Son símbolos poderosos de una humanidad generosa y llena de esperanza, y podrían ser una forma de marcar la diferencia, aunque sea mínima... Sé que mi caja de la honestidad no salvará el mundo, pero podría salvar mi cordura y posiblemente mi matrimonio».
La Caja de la Honestidad ya está disponible en la Librería Mail.
Las diferencias de carácter que unieron a Lucy y Steve los distanciaron. Los incesantes intentos por controlar su salud mental, incluyendo terapia y dejar el alcohol , no surtieron efecto. Steve estaba frustrado y Lucy lidiaba con las responsabilidades del hogar mientras lidiaba con los proyectos inconclusos de Steve.
Al llegar al punto de separarse, apareció un rayo de claridad: a Steve le diagnosticaron TDAH y autismo. Para Lucy, conocer toda la información fue un alivio.
Con el inicio del invierno dando paso a la primavera, la caja de la honestidad de Lucy florece, repleta de mermelada y productos del huerto. Pero los problemas de Steve siguen afectando a toda la familia, y unas vacaciones familiares terribles no ayudan.
Al acercarse enero y el Día Nacional del Divorcio, ella hace balance: "Esto no es un cuento de hadas, pero es un final feliz de algún modo... Steve y yo todavía estamos juntos, y quién sabe qué pasará después".
Melancólicas y alegres, las memorias bellamente escritas de Lucy Brazier abordan la mediana edad, la mermelada y los calabacines gigantes con humor, amabilidad y honestidad.
Daily Mail