Franco Guerzoni desafía los límites de 'Fuera de la pintura'

Más de cincuenta años después de su primera exposición individual en la Galleria Studio G7 de Bolonia, Franco Guerzoni regresa con Fuori dal dipinto (Fuera de la pintura), una exposición que una vez más se centra en los límites y las posibilidades de la pintura. Nacido en Módena en 1948, Guerzoni es una de las figuras más originales del panorama artístico italiano, conocido por haber combinado la fotografía y la pintura desde sus inicios, dialogando tanto con la arqueología como con las huellas del tiempo en las superficies. Su investigación siempre se ha caracterizado por la experimentación, a través de la cual ha producido obras suspendidas entre la imagen y la ruina, la materia y el borrado.
Desde la década de 1970, el artista ha encontrado en la pared un tema predilecto; para él, la pared es una superficie simple y cambiante, un palimpsesto de rastros, un lugar donde el tiempo se asienta y se desvanece. Esa mirada arqueológica sobre lo cotidiano —surgida en parte de un diálogo con su amigo Luigi Ghirri y su práctica fotográfica— se ha convertido, con los años, en la base de una pintura que se relaciona con el paso del tiempo más que con la imagen en sí.
En esta nueva exposición individual —inaugurada hoy de 18:30 a 20:30 h en Via Val d'Aposa 4/a—, el gran panel de la pared izquierda del espacio, titulado Intravedere, se presenta como un organismo vivo, abierto y poroso, que permite que fragmentos y fragmentos broten y se acomoden a lo largo de las paredes. La tensión entre la pintura y su entorno se hace evidente: no se trata solo de una expansión centrífuga, sino también de un movimiento de retorno, casi como si los propios fragmentos ansiaran volver a entrar en el lienzo que los generó. La obra se convierte así en un campo de fuerzas, donde el interior y el exterior se difuminan y la pintura revela su naturaleza frágil.
El título, Fuori dal dipinto, enfatiza precisamente esta dialéctica. La pintura de Guerzoni no debe entenderse como una imagen acabada, sino como un proceso que trasciende el lienzo para transformarse en espacio, en arquitectura. Cada superficie pintada se concibe como un libro para hojear, hecho de páginas.
Superposiciones, borrados, reapariciones. No es casualidad que una selección de los libros de artista se presente en la exposición Franco Guerzoni. Páginas Secretas, que se celebra del 26 al 28 de septiembre en MAMbo, durante Books, el festival de libros de arte de Bolonia.
En estos libros, al igual que en las pinturas y los desgarros, encontramos la misma necesidad de interrogar el signo y el tiempo, así como de transformar el medio en un territorio primero recorrido, luego habitado y finalmente consumido. La exposición individual en la Galleria Studio G7 está acompañada por Frammenti, asincronie, appunti de Andrea Viliani, una contribución diferente de pausas, preguntas y reflexiones siempre en torno al tema del tiempo.
Manuela Valentini
İl Resto Del Carlino